GUERREROS MÍSTICOS

GUERREROS MÍSTICOS

jueves, 8 de junio de 2017

Capitulo 05










GOSAXIPE GAR
ESCAPE










“Siendo la vida como es, uno sueña con vengarse”
PAUL GAUGUIN.

“Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro”
CHE GEVARA

“Hay que endurecerse sin perder jamás la ternura”
CHE GEVARA.





«Ha, ha, ya falta poco, tan solo espérame Seru, esta vez no estoy sola, tengo amigos muy fuertes y juntos te vamos a derrotar»
Una chica rubia de cabello largo y ojos verdes con armadura blanca subía corriendo las escaleras de una torre, empuñando una espada larga plateada, a su espalda un fino y precioso arco de cristal, a su paso le salieron varios enemigos, un hombre con cuello y cara de serpiente y dos caballeros esqueletos, la chica dio un salto a su derecha sobre estos últimos, al primero lo decapito con un corte vertical, posteriormente salto y girando en el aire le partió en dos el cráneo al segundo, apoyándose en la pared se impulso, llevando la espada recta sobre su cabeza como si de una flecha humana se tratara se dirigió al hombre serpiente pero este estiro su cuello para morder a su oponente, esto tomo por sorpresa a la chica que no podía esquivarlo en el aire.
– Cuidado – grito un hombre que llevaba una antorcha de base de metal, con esta quemo la cara del enemigo y con la punta de la antorcha le atravesó el cuello.
– Gracias Aníbal.
– De nada, solo no te alejes demasiado, se que estas impaciente por acabar esto pero no te olvides que somos un equipo y estamos juntos en esto, además… – dio un paso hacia la chica quedando a centímetros de ella, le tomo de la mano y puso la otra sobre su mejilla – si algo te pasara no me lo perdonaría.
La chica se sonrojo, le tomo la mano que tenia sobre su mejilla – gracias, desde el principio conté con tu apoyo y me alegra tenerte al final, tú has sido mi escudo todo este tiempo pero ya no puedo seguir dependiendo de ti, ha llegado la hora de actuar.
– Lo sé – dijo acercando su cara a la de la chica – no fue mi intención…
– Sí – contesto sonriendo y acercando su cara a la del chico – también lo sé, nos entendemos bien…
– ¡Hey tortolitos! – los interrumpió un hombre pelirrojo de cabellera larga, venia corriendo detrás de ellos y salto pasando por en medio de los dos, cortando con una katana en pedazos a varias bestias aladas, moradas con garras y cuernos – estamos en territorio enemigo, no es tiempo de esas cosas – sin voltear a verlos con una sonrisa se adelanto.
– Sí – contestaron al unisonó los dos, se separaron y corrieron detrás del samurái, al cabo de unos pasos el samurái paso volando a un lado de ellos, la chica volteo para ayudarlo pero una llama de energía morada y negra se dirigía hacia ella, cuando se dio cuenta era demasiado tarde para esquivarlo pero el chico de la antorcha ya se había lanzado hacia ella, la empujo quitándola de en medio pero la llama le dio de lleno desintegrándolo, la chica que estaba en el suelo, volteo a ver hacia donde segundos antes se encontraba el chico, con lagrimas en los ojos y una furia que nunca antes había sentido se lanzo hacia su enemigo – NNNNNNOOOOOOOOOOOO –
– BOMB –
– SEERUUUUUUUUU – La chica se despertó sudando y gritando el nombre de su enemigo «Ah, ah, todo ha sido un sueño pero… quienes eran esas personas, nunca antes las había visto»
– BOMB –
Otra explosión igual a la que la había despertado sonó afuera del castillo, a prisa se paró de la cama y corrió hacia la ventana por lo que se podía ver en la oscuridad, el castillo estaba siendo atacado por cientos, tal vez miles de personas.
– Oh no, el ataque ya comenzó – rápidamente se dirigió hacia su cama, la levanto de la orilla haciéndola a un lado, quito una alfombra pequeña y abrió la tapa de una pequeña cámara, de ella saco un pequeño baúl dorado de diez pirov[1] de largo, dos de ancho y uno de alto, lo abrió y de el saco un carcaj con veinte flechas, un precioso arco plateado con gemas en las orillas, un cuchillo pequeño de un pirov con una funda plateada, una cota de malla y un traje de tela negro, se coloco primeramente la cota de malla, posteriormente se puso la camisa de tela, arriba el traje negro, después el cinturón con la funda del cuchillo, se puso el carcaj, tenso el arco y lo llevo en la mano izquierda.
– Ayer, Ayer ¿Estás ahí?
Ayer saco rápidamente una flecha del carcaj y apunto hacia la puerta – ¿Quién?
– Soy yo – dijo la voz abriendo la puerta – un hombre alto, canoso, de complexión ancha y musculoso. Llevaba una armadura plateada compuesta del peto, una falda que cubría hasta las rodillas y hombreras, también contaba con protección en los brazos. En su mano izquierda llevaba un escudo azul de un quvo[2] y medio de alto y uno de ancho, en su espalda una espada ancha y en el lado izquierdo del cinturón llevaba colgado un martillo de seis pirov de largo – Kovos, ¿pero qué haces?, deja de apuntar con eso a tu viejo maestro y dame un abrazo.
Ayer tiro el arco y se lanzo llorando hacia Kovos, le rodeo con un gran abrazo – Oh Kovos, gracias a Xora estas bien, tantos meses sin saber de ti, temí lo peor.
– ¿Cómo que meses? Acaso el tonto de Gef no te dijo que yo estaba detrás de todo esto.
– Jeje, creo que se le paso – dijo Ayer secándose las lagrimas.
–Sí, claro, tendré que decirle un par de cosas  a ese Qirko.
– Vamos, no le digas así, casi no teníamos tiempo de estar solos y cuando lo teníamos aprovechaba para decirme solo lo más importante.
– De acuerdo. ¿Ya estas lista? Tenemos que llevarte al Xuspe Forge de inmediato.
– Sí, ya estoy lista… – dijo recogiendo su arco – pero por que a Forge, ahí estaremos muy vulnerables, no está muy lejos de aquí y no hay protección.
– Bueno, es que no vamos a refugiarnos, si no a pedir ayuda… ¡Cuidado! – agarro a Ayer por el hombro y la cubrió con su cuerpo – una piedra de fuego acaba de golpear en la ventana haciendo volar varias partes de la pared del castillo que chocaron en la espalda a Kovos.
– ¿Estás bien? – pregunto Ayer cuando se quito de encima.
– Sí, no te preocupes, me protegió la armadura, de todos modos ¿Qué estarán haciendo esos idiotas? Saben que estas en la habitación.
– Tal vez solo fue desviada, pero ¿Cómo que vamos por ayuda?, creía que iríamos hasta Riuhe para suplicar ayuda a los reyes de los países vecinos.
– Sí, ese era el plan original… pero te diré en el camino – unas decenas de flechas se dirigían al hueco dejado por la piedra – imbéciles – dijo volteando por última vez a la ventana.
   Salieron por la puerta y caminaron por el pasillo tratando de hacer el menor ruido posible sin ser notados, aunque con el ruido del ataque podían estar gritando y no serian escuchados, al final del pasillo voltearon a la derecha, Kovos corrió hasta situarse a un lado de una saliente del castillo, la movió con mucho cuidado y le hizo señas a Ayer para que se acercara.
– Entra, es un viejo pasadizo que nos llevara a las mazmorras, ¡Cuidado! – Kovos cubrió con el escudo a Ayer protegiéndola de las flechas lanzadas por unos caballeros negros, con la mano derecha saco dos pequeñas lanzas de cuatro Pirov de largo, agarro una entre el dedo pulgar e índice y la otra con el dedo medio y anular. Las lanzo al mismo tiempo y cuando golpeo a los caballeros les atravesó lanzándolos varios hue de distancia clavándolos en la pared, con una sonrisa siguió a Ayer por el pasadizo colocando la armadura en su lugar.
– Vaya, eso fue asombroso Kovos, cada que te veo me sorprendes – Ayer tomaba una antorcha que estaba en la pared y bajo una escaleras en espiral.
– Eso no fue nada, fui muy descuidado al dejar que nos vieran, espero que no haya más incidentes – decía mientras tomaba otra antorcha y al mismo tiempo aventaba una esfera al piso. Los dos bajaron sin contratiempos por las escaleras, el pasadizo pensó Ayer debía estar bien escondido ya que no se podían escuchar ningún sonido, mientras tanto Kovos ponía al tanto de las ultimas noticias a la princesa.
– No puedo creer que el reino este tan mal, tenemos que apresurarnos e ir a Riuhe.
– No princesa, ya le había dicho que ese no es el plan, según nuestros espías varios reyes estuvieron de acuerdo con el golpe de estado e incluso ayudaron a Seru para acabar con la Reina.
– No… eso… – Ayer se había detenido, le temblaron las piernas y se arrodillo llorando – ya todo está perdido, los Riuhe eran nuestra última esperanza… ¿Qué podremos hacer?
Kovos se arrodillo junto a ella y la abrazo – ¡Princesa! no desfallezca, si usted pierde la esperanza, ¿Quién podrá guiarnos?, si bien los Riuhe nos han fallado todavía contamos con el Xuspe Forge y sus KIUVVE QAXAGE.
– ¿Los kiuvve qaxage? Pensé que eran una leyenda, un cuento de niños.
– No… nada de eso, pero continúe por favor princesa, la prioridad es sacarla del castillo.
– De acuerdo – dijo Ayer poniéndose de pie – pero cuéntame más –. Los dos bajaron por las escaleras secretas sin contratiempos, al final atravesaron una puerta y salieron dentro de una celda.
– Oh no, creo que escogimos un mal camino.
– Tranquila princesa, esta celda nunca ha estado ocupada por que la cerradura no sirve.
Kovos se dirigió con mucho cuidado a la puerta, la abrió muy despacio, al comprobar que no había nadie salió, he izo una señal a Ayer para que lo siguiera, doblaron a la izquierda, el pasillo era amplio y a ambos lados había varias puertas con prisioneros dentro, los gritos de estos eran espantoso, Ayer apretó los puños y se obligo a continuar hasta que al llegar al final del pasillo en la penúltima puerta de la derecha un grito le hizo helar la sangre.
– ¡¡¡¡¡¡NOOOO!!!!!! Mami, mami, respóndeme mami – la voz de una niña pequeña resonaba en el lugar, Ayer no pudo soportar más y se acerco lentamente, al asomarse por la puerta vio varios cadáveres en la celda y a unos pocos pasos una mujer tirada en el piso, estaba muy pálida y la piel la tenia pegada a los huesos; una niña de seis años al lado de su madre que por lo menos no se veía tan mal, por lo visto su madre se había esforzado en que la niña comiera toda la comida, Ayer no pudo soportar y trato de abrir la puerta pero fue inútil.
– Princesa por favor, sé que es lamentable pero por el momento no podemos hacer nada, nuestra única esperanza es llegar a Xuspe Forge, entre más rápido lo hagamos más posibilidades tendrá de sobrevivir.
– Lo sé Kovos, lo sé pero… es tan difícil – Ayer estaba a punto de retirarse de la puerta cuando sintió un golpe en el pie, era un medallón heptagonal rojo con un corazón blanco en medio, volteo hacia dentro de la celda y antes de que pudiera preguntar, la niña todavía al lado del cuerpo de su madre volteo hacia ella, el cabello se le erizo, los ojos se le pusieron blanco y con una voz que no parecía en nada a la de una niña le dijo:
LAS VOCES DEL PUEBLO ACLAMAN JUSTICIA
LA ULTIMA DE LOS VIOH TE REGALA SU CORAZON
APRECIALO Y TE DARA UNA SEGUNDA VIDA.
Después de decir esto la niña volvió la mirada a su mama y siguió llorando.
– ¡Princesa! – Kovos la llamaba desde la puerta – es hora –. Ayer se agacho por el medallón – Gracias, lo pondré junto a mi corazón.
Al salir de las mazmorras se escucharon nuevamente los sonidos de la guerra, pasaron sigilosamente por el pasillo, escondiéndose entre las sombras hasta llegar a la caballeriza – Bien, ya deben estar nuestros caballos – Kovos abrió la puerta y un muchacho pelirrojo, pecoso, de veinte años los espera con tres caballos, uno negro, majestuoso, fuerte, vigoroso; el segundo blanco, gracioso, ágil, veloz; y el tercero era café, calmado y tranquilo.
– ¡Gef! ¿Qué haces aquí? – Una sorprendida Ayer le reclamaba – Es muy peligroso.
– Y más peligroso seria dejarte sola – respondió este – desde que naciste mi padre tenía la responsabilidad de cuidarte, y ahora que el ya no está, es mi responsabilidad – al ver que Ayer le iba a contestar, agrego – y como tu mejor amigo, me sentiría realmente mal si no te acompaño en esta aventura.
– Oh Gef – dijo Ayer abrazándolo – pero cuando esto termine no te salvaras de un buen castigo.
– Como usted ordene, mi doncella – dijo haciéndole una reverencia.
– Ya dejen de jugar ustedes dos – les recrimino Kovos – Ayer toma el blanco, es el más rápido de todo el Reino – Kovos se subió a su caballo negro mientras Gef agarro un cuchillo de dos Pirov de largo, se lo puso en el cinto, agarro una espada larga, la coloco en la funda del caballo café y finalmente se subió.
– A la cuenta de tres – grito Kovos – uno… dos… ¡AHORA! – los tres cabalgaron directo hacia la puerta.
A pesar de haber salido con mucho ruido y violencia de la caballeriza nadie los noto demasiado debido al alboroto de la batalla, galoparon todo lo rápido posible, en el camino estuvieron a punto de atropellar a varios caballeros pero nunca se detuvieron o alentaron el paso, al llegar a la muralla doblaron a la derecha y  siguieron a un grupo de soldados que se dirigían a la batalla – ¡ESPEREN! ¡LA CABALLERIA TODAVÍA NO SALE! – Sin hacer caso a cualquier llamado o señalamiento, los tres fugitivos se dirigían velozmente al bosque, al sentirse un poco más segura Ayer volteo hacia el castillo, se podía ver por las antorchas un gran número de combatientes, las flechas llenaban el cielo, las rocas de las catapultas parecían dragones furiosos, el sonido del acero cruzándose; dolorosos y crueles gritos se podían escuchar. Atraídos por el ruido y el derramamiento de sangre las bestias se habían unido a la batalla, los Qere Voño (patas y cuerpo de araña, el dorso y la cara de mono) con sus bastones de veneno, las Wuvsa Vagow (de piel grisácea, con forma humanoide, y uñas largas)con su toque letal e incluso los Waru Pow (caballos alados, de piel gris verdosa pegada a los huesos y un olor nauseabundo) volaban alrededor del castillo esperando por su prensa, de pronto se escucho un temible sonido, como el de un trueno que silencio todo por unos segundos, acto seguido un rayo de color morado, negro y blanco se dirigió hacia las bestias aladas, le dio de lleno a una y se desintegro en el aire, las otras llenas de pavor huyeron pero para desgracia de los fugitivos se dirigían hacia ellos. Ayer todavía aturdida por lo qua acababa de ver se detuvo por completo, Kovos y Gef que estaban adelantados se tardaron en percatarse, se detuvieron y volvieron con ella.
– Ayer, Ayer ¿Qué te pasa?, no te detengas, atravesando el bosque se encuentra el Forge.
Un poco más serio Kovos le pregunto – ¿Princesa le ocurre algo?
– El… el rayo…
– Sí, debió ser Seru, recuerde que antes era el hechicero real, se magia es muy poderosa – volteo hacia el cielo – demonios, los Waru Pow se dirigen hacia acá, apurémonos –. Los tres emprendieron nuevamente su huida pero antes de llegar al bosque se detuvieron en seco, doce guerreros se atravesaron en su camino, cuatro minotauros, dos con espadas y dos con lanzas, tres ñowrow con enormes lanzas, enormes arañas con torso y cara humana, dos hombres serpientes y tres centauros. Rápidamente los enemigos los rodearon, los minotauros enfrente de ellos, los ñowrow se colocaron detrás de ellos, los hombres serpientes a su izquierda y los centauros a su derecha.
   Kovos rápidamente se coloco frente a Ayer, con su martillo en la derecha y su escudo en la izquierda, Ayer tenía tensando el arco apuntando a las serpientes, mientras Gef saco su cuchillo y su espada, una en cada mano apuntando a los ñowrow protegiendo la retaguardia.
– Demonios, la suerte no está de nuestro lado hoy.
– Creo que es más que mala suerte – intervino Gef – o dime, cuando has visto que los centauros se lleven bien con los ñowrow, llevan siglos peleando y ahora cazan juntos.
– Vaya, eres más listo de lo que pareces – le contesto Kovos – entonces los rumores de que el Rey tenia bestias en sus ejércitos era cierto.
– DEEEJEN AAA LLLAAA NIIIÑÑAA – hablo lentamente pero con una impresionante voz el minotauros mas alto.
– Jeje, lo siento vacota, pero no recibo órdenes de un estúpido animal.
– Mmwwuuuuu – ante este insulto el minotauro soltó un impresionante grito, salto hacia Kovos con una gran espada ancha de un quvo y medio de largo, rápidamente Kovos se cubrió con su escudo pero fue tan fuerte el impacto que doblo las piernas del caballo.
– ¡Kovos!!! – grito Ayer, colocando rápidamente dos flechas en el arco, se las tiro al cuello del minotauro pero estas rebotaron.
– Cuidado – Gef se había lanzado sobre Ayer, una flecha perdida se dirigía a ella raspándole el brazo – ¿De dónde demonios vino la flecha? – volteo a todos lados, los únicos con arcos eran los centauros pero estos no se habían movido en lo más mínimo.
– ¡Ahí! – Kovos se había levantado y apunto hacia el castillo.
– Pero está muy lej… – Gef dejo de hablar cuando vio como de una oleada de flechas que se dirigían al castillo, un tercio de ellas daban una curva sorprendente y se desviaban hacia ello, debido a la distancia casi ninguna las alcanzaba, lo mismo sucedió con varias catapultas, las piedras ardientes que arrogaban en medio del aire eran redirigidas como si un gigante invisible las pateara – ¿Pero cómo?
– Es obra de Seru – grito Kovos que se dirigía corriendo al minotauro – en el cuarto de Ayer impactaron varios proyectiles, quieren asesinarla y culpar a los rebeldes – llego a donde el minotauro pero este ya lo esperaba con su gigantesca espada, el minotauro hizo un movimiento vertical con su espada como si de un bate se tratara paro cortar en dos a su enemigo pero Kovos lo detuvo con su escudo y de un solo golpe le aplasto la cabeza con su martillo, rápidamente los otros tres minotauros se dirigieron hacia él, los dos que llevaban lanzas se adelantaron, las lanzas las llevaban en manos diferentes, el que venía por la izquierda la llevaba en su mano derecha y el de la derecha en su mano izquierda, al mismo tiempo ambos le lanzaron un estoque pero nuevamente Kovos los paro con el escudo, los minotauros dieron un paso al frente y con la mano que tenían libre le dieron un fuerte golpe al escudo al mismo tiempo – Lo siento, pero este escudo no se romperá por más fuerte que le golpeen –. Kovos quiso mover su escudo para golpearles pero este no se movía, los minotauros lo tenían agarrado con ambas manos, el ultimo minotauro venia corriendo y salto varios hue para pasar por arriba y con su espada apuntando hacia abajo pretendía encajársela por la cabeza a Kovos, pero este soltó el escudo, dio un paso a su derecha y de un martillazo le rompió la espada, dio medio paso al frente y regresando el martillazo golpeo con todos sus fuerzas al minotauro en el cuerpo haciéndolo vomitar sangre moviéndolo varios hue de distancia, rápidamente Kovos se acerco a su escudo, saco otros dos pequeñas lanzas y se las encajo por el cuello a los minotauros restantes.
   Mientras tanto Gef y Ayer  se habían parado, el primero se dirigió a los hombres serpientes, apoyándose en su pie derecho dio un salto, con el cuchillo en su mano izquierda trato de herirlo pero el hombre sapiente solo curvo el cuello hacia atrás, Gef aprovechando el giro del salto, con la espada en su mano derecha le intento cortar, este movimiento tomo por sorpresa al hombre serpiente que ya no podía doblar mas su cuello por lo que dio un pequeño salta hacia atrás, cayendo de espalda en el suelo pero Gef cayendo de pie doblo rápidamente su pierna izquierda arrodillándose, le encajo el cuchillo en la pierna derecha, dando un paso con su pierna derecha le corto el cuello con su espada; su compañero que estaba al lado intento morderlo pero Ayer le tiro dos flechas que le atravesaron el cuello, Gef aprovecho y sacando el cuchillo de la pierna del primer hombre serpiente se lo encajo en el corazón al segundo.
   Ayer se había lanzado hacia un árbol ya que los centauros le estaban atacando con sus flechas, Gef intento ayudarla pero también era blanco de sus ataques e igual que su amiga termino detrás de un árbol, Kovos aprovecho y le lanzo un martillo a uno de los centauros, al golpearlo se pudo escuchar el sonido de varios huesos al romperse, el centauro escupió sangre soltando un agonizante grito, los centauros al escuchar esto se asustaron y titubearon un instante, Ayer aprovechando se tiro de espaldas a un lado del árbol y le lanzo tres flechas a un centauro, este logro verla y se paro en sus patas traseras para esquivar los proyectiles pero Gef que ya se había escabullido hacia estos, saliendo de su escondite le corto los tobillos, el centauro chillo de dolor pero Ayer lo silencio con una flecha que le dio en la frente, el tercer centauro enfurecido desenfundo una espada y se lanzo sobre Gef pero Ayer ya le había lanzado varias flechas dándole en el lomo, sin embargo el centauro solo se ralentizo pero fue más que suficiente para que Gef pudiera esquivarlo decapitándolo con su espada.
– Ayer se paro sonriéndote y corrió hacia Kovos e igual hizo Gef pero Kovos los detuvo y les hizo callar – Silencio, todavía quedan los Ñowrow, se escondieron en los arboles desde el principio – Ayer y Gef rápidamente se juntaron con Kovos y se dieron las espaldas, Ayer tenía dos flechas tensadas en su arco apuntando hacia las copas de los arboles, Gef con su espada y cuchillo esperaba ansioso mientras Kovos con su escudo y su espada estudiaba el movimiento de las hojas.
– No creo que nos ataquen  mientras estemos atentos – comento Kovos – tendremos que distraerlos… Gef.
– De acuerdo – contesto este.
– ¡No! – Intervino Ayer – me quieren a mí.
– Es muy peligroso – pero Ayer ya había salido corriendo hacia el camino que formaban una hilera de arboles, esto dio resultado pues un hilo salió hacia Ayer por encima de ella pero Gef dio un paso hacia enfrente y lanzo su cuchillo hacia donde provenía el hilo, un chillido de dolor se escucho y el Ñowrow caía salpicando de sangre a través de la herida, Gef se adelanto a este y antes de que pudiese tocar el suelo salto y le encajo la espada en la espalda, el ñowrow soltó un grito y cayó muerto, pero rápidamente otro ñowrow salió hacia Gef. Ayer que se había volteado al oír el grito del primer ñowrow le lanzo dos flechas al segundo pero le rebotaron en la gruesa piel de la parte araña, sin embargo fue lo suficiente para que Gef esquivara al ñowrow, Ayer se arrodillo, toco la gema roja de su arco – gayoxu – murmuro, el arco se pinto de color rojo por un instante, enseguida le coloco una flecha y le lanzo una tras otra al ñowrow tan rápido como pudo pero esta vez lo atravesaron; el tercer ñowrow aprovecho y se lanzo hacia Ayer pero Kovos ya había corrido hasta esta, puso su escudo y la criatura choco contra él, enseguida Kovos le atravesó con su espada.
– Gracias, Kovos – le abrazo y le dio un beso en la mejilla.
– ¡Hey! yo también ayude – Gef se acerco a ellos después de ir por su cuchillo – creo que también merezco un beso –. Antes de que Ayer respondiera, Kovos se le acerco y le dio una palmada en la nuca.
– ¿Y por que fue eso?
– Por tonto – los tres rieron –. Bien, vamos a entrar al bosque, pasando esos dos árboles altos no podrán seguirnos, el camino es sagrado y no puede entrar el mal.
Los tres caminaron hasta la entrada, cuando estaban a unos hue de distancia algo los distrajo.
<< PLAP – PLAP – PLAP – PLAP – PLAP >>
– Bravo, bravo – se escuchaba una voz femenina acompañada de unos aplausos – no creí que derrotaran a mis pequeños.
Los tres voltearon de inmediato con sus armas listas para atacar – Identifícate, ¿Quién eres?
– Oh vaya – contesto la vos – que malos modales tiene el antiguo comandante general de las fuerzas del reino y consejero real, esperaba más de ti, dime ¿Cómo está la reina? Según se, tenias unas relación muy cercana.
– ¿Mi madre?
– Tranquila princesa, quiere provocarnos, cuando de la cara yo la enfrentare, tu y Gef correrán al camino, Gef cuento contigo para protegerla.
– Sí, descuida.
– Wijiijijjijijijijij, en verdad crees que eres lo suficiente fuerte para enfrentarme, que iluso, con mis pequeños niños será más que suficiente – de la tierra alrededor de ellos brotaron como si de plantas se trataron tres pequeños hombres de seis pirov de alto, sus cuerpos eran negros de piel parecida al metal.
– ¡Corran! – Kovos en seguida se dio cuenta del peligro, corrió hacia el Sake Ruke que estaba en medio del camino a Forge y lo embistió de lleno con el escudo, mientras Gef jalaba a Ayer hacia el camino; para su sorpresa Kovos al embestir al pequeño enemigo se detuvo en seco sintiendo como si hubiera chocado con una pared, el escudo se doblo y la mano se le quebró. Cuando Gef paso por una lado pudo ver como el Sake Ruke solo había estirado la mano y con un solo dedo lo había detenido, apretando los ojos se obligo a continuar pero se sorprendió al ver a los otros dos Sake Ruke  en frente de ellos, agarro a ayer por la cintura y saltaron, apoyándose en la cara de una de estas criaturas se impulso más alto pero el Sake Ruke pisado levanto su mano y agarro a Gef por el tobillo, quebrándoselo, casi se desmaya del dolor pero con sus últimas fuerzas aventó a Ayer lo más lejos que pudo, esta cayo a poca distancia de los arboles sagrados, se quiso levantar pero se había lastimado al caer, el Sake Ruke aventó lejos a Gef y junto con el que estaba libre fueron tras ella, Ayer les aventó varias flechas pero rebotaban en ellos, – ¡¡Gira!! – Ayer reaccionando giro hacia su derecha rebotando con un árbol, con sus manos se deslizo hasta pasarlo, los Ruke caminaron hasta llegar frente a ella y extendieron sus brazos para sujetarla pero tan pronto como pasaron el límite de los arboles sus brazos se empezaron a poner rojos, desprendieron humo y finalmente se carbonizaron, Ayer asustada se arrastro hacia atrás, separada unos pirov de distancia pudo apreciar mejor la escena, el primer Sake tenia sujetado a Kovos, este estaba acostado con un pie en el cuello lo mantenían inmóvil, Gef inconsciente a unos hue a la izquierda de este, y los dos Sake enfrente de ella con los brazos carbonizados, no atreviéndose a dar un paso más, simplemente la veían. << ¿Qué hago? ¿Cómo los ayudo?>>
– No puedes, simplemente huye y ve hacia Forge – como si le hubiera leído el pensamiento Kovos le grito con sus últimas fuerzas a Ayer – por favor, tu eres... la ult… ima espe… ranza – el pie del enemigo se hundía cada vez más sobre Kovos.
Ayer cerrando los ojos, le dio la espalda, se levanto como pudo apoyándose de un árbol y lentamente se fue cojeando adentrándose en el bosque y dejando atrás a sus amigos, llorando con lágrimas en los ojos solo pudo orar por que se mantuvieran vivos.


[1] 1 Pirov = 5 pic. (13.95 cm)
[2] Quvo = ½ Hue (1.395 m)


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